sábado, 8 de noviembre de 2014

Simas del Picón



Participantes: José Manuel, José Luís y Miguel.
Día parcialmente nuboso.

Las Simas del Picón las conocía desde hacía algunos años, cuando en nuestras incursiones al Valle de Matienzo nuestro grupo realizaba actividades conjuntas con algunos de los componentes del grupo Ojáncano de Santander, como eran en aquellos entonces Chuchi, Nieves, Paco, su mujer y algunos más, con los que tuvimos la oportunidad de compartir buenos momentos subterráneos en esta zona de Matienzo, donde los ingleses llevan trabajando más de 50 años.
Mi recuerdo sobre estas simas era que tenían grandes galerías, algunas de gran belleza por sus formaciones, y que no se llegaron a comunicar en su día con el cercano sistema de Cubija. Los ingleses de Matienzo han seguido trabajando en esta zona, y ,según lo que han publicado, consiguieron unas extensiones de algunas de sus galerías en la búsqueda de la unión con este sistema.
En este caso nuestra intención era recorrer las galerías principales y después intentar ver alguna de sus extensiones si nos quedaban ganas.
Salimos en coche desde la casa de José Manuel, en Ogarrio, y nos fuimos para Matienzo. Nos desviamos por la pista asfaltada y hormigonada que nos lleva hasta la última casa que hay en el valle al pie de las Simas de Picón, y junto a la entrada de la boca del Cubío de Cubija, donde dejamos los coches para cambiarnos, no sin antes dar un garbeo por la zona en busca de dos de las bocas al sistema de Cubija que están por allí cerca, como son Cueva de la Morenuca y Regatón. Después de indagar por las inmediaciones del arroyuelo que va a dar a la boca del Cubío, conseguimos encontrar la gatera de entrada a la Morenuca; sin embargo, no pudimos encontrar la de Regatón, ya que las coordenadas que teníamos no coincidían, por lo que decidimos dejarlo para otra ocasión.
Ya preparados con todos los aparejos, nos fuimos campo a través intentando seguir las indicaciones que nos había dado el dueño de la casa por donde debíamos pasar para subir a las simas, al no encontrar el camino subimos campo a través por la ladera de la montaña donde la maleza te va comiendo poco a poco.
Suele pasar que cuevas que has visitado hace años y no son muy conocidas por espeleólogos, los accesos a la boca de la cueva que antaño se andaba más o menos normal, han desarrollado de tal manera la vegetación, que te hace más complicado poder acceder, en este caso a las Simas del Picón.
Una vez en sus bocas montamos el pozo de entrada de unos 15m, que es el acceso que está montado, aunque de una manera no muy limpia, ya que roza la cuerda en varios sitios. Al principio es una rampa donde tuvimos que colocar un protector de cuerda para cuidarnos en salud.
Ya en la base del pozo se pueden ver las dos entradas en sima que tiene la cavidad que terminan en una gran montaña de derrubios con restos de huesos, algunos cables de tendido eléctrico que debieron tirar en su día y barro pegajoso.



Pozo de entrada de 15 metros



Cerca de la entrada 


La vista es realmente bonita, entrando la luz por sus dos pozos, y las dimensiones de la Sala donde comienzan sus dos grandes galerías, la inferior y descendente la dejamos a la izquierda para verla a la salida y seguimos por la gran galería de la derecha que es una continuación de la gran sala de entrada.
Vamos andando entre bloques subiendo y bajando por un camino que se ve bien pisado y nos dejamos llevar siguiendo cerca de la pared derecha, hasta llegar a lo que parece el final de la galería donde hay que bajar un poco para seguir por una zona de techo, al principio bajo , donde encontramos bonitas formaciones.



Espeleotemas 


Esta galería nos lleva a otra de grandes dimensiones, con bloques que después de pasarlos subimos una empinada cuesta de piedras y arena hasta su final, donde baja un poco el techo y seguimos la galería entre grandes bloques por la derecha hasta que se convierte la galería en dos, nosotros seguimos por la de la derecha hasta el final, donde se obstruye, y, entre unas formaciones, encontramos una gatera estrecha que tira aire.
Decido entrar el primero sin saca para comprobar si nuestro compañero José Manuel, alias (Joselillo), es más ancho que la gatera, al ver las dimensiones favorables, les indico que me vayan pasando las sacas y les comento como se pasa mejor.
Al otro lado de la gatera de unos 3 metros de larga, un montón de estalactitas nos dan la bienvenida como si se tratara del premio a la prueba superada.


Joselillo contento después de la gatera 


Se va abriendo la galería que en principio era inclinada y nos da acceso ya de pie a la parte en mi opinión más bonita de la cueva, se trata de una galería en la que encontramos gran variedad de formaciones que agradan a nuestra vista ( caprichosas estalactitas, algunas en forma de colmillos de morsa, nidos de helectitas en las paredes y en el techo de color blanquecino) incluso la galería por la que vamos nos llama la atención, descendemos por una rampa de fina arena en la que se aprecia un antiguo falso suelo.



Galería con bonitas formaciones


Nido de excéntricas 


Continuamos por la galería hasta llegar a otra rampa de arena donde ensancha la galería y se desfonda en un pozo de unos 20 m, según la topo.
En este sitio recordaba haber subido haciendo una escalada libre por la pared derecha y realizar una travesía un poco expuesta montando una cuerda para atravesar el desfonde de la galería y de esta forma llegar a su parte final, donde también recuerdo bonitas formaciones y donde la galería principal se obstruye sin continuación.
En este caso como las extensiones que han llevado a cabo los espeleólogos ingleses no eran por allí, decidimos no escalar y volver hacia la salida intentando ver, según la topo, donde estaban dos de esas extensiones.
El pozo de 20m, recuerdo también haberlo bajado y encontrar unas gateras con arena en forma de laminador, que según vimos en la topo, los ingleses también habían explorado consiguiendo un recorrido limitado.
Por lo que volvimos sobre nuestros pasos, pasando de nuevo la curiosa gatera y fuimos a ver dónde estaba una de las extensiones, que la encontramos en la gran galería que habíamos dejado a la izquierda según llegábamos a la gatera.


Techo decorado 


Es en el final de la galería donde termina en un pozo, que según marca la topo es de 15 m, y en su lado derecho encontramos un pasamanos seguido de un resalte ascendente de unos 3 metros y un pozo en grieta de 4 metros aprox., todo montado con cuerda, donde me animé a echarle un vistazo.
El pasamanos era un poco expuesto, pero con mucho cuidado se puede pasar, luego se sube bien el resalte asegurándote en una gaza que han dejado montada y el pozo en grieta no parecía demasiado complicado después de consensuar con José Luís decidimos dejar la exploración para otro momento.
Emprendimos dirección a la salida pero antes fuimos a localizar el principio de otra de las extensiones que han realizado los ingleses, y que se encuentra al final de la galería descendente que comienza en la sala de entrada.
Descendimos la galería hasta su final donde encontramos a nuestra derecha un laminador estrecho por el que se mete un pequeño aporte de agua en forma de sumidero, por el que no nos apeteció nada ponernos empapados de agua y barro, ya que según la topo no daba para mucho.
En la pared de la izquierda, donde según también la topo está el principio de la extensión, hay que hacer una trepada de unos 18 metros, en la que no había cuerda montada, solo vimos un tornillo saliente por donde te deja entrever por donde han subido.
La primera parte de la trepada no parecía muy complicada, en este caso pudieron más unas birras, que nos esperaban fresquitas en casa de José Manuel, que las ganas de la exploración.
Dejamos la pared para otra ocasión y nos fuimos directos hacia el pozo de salida donde recogimos la cuerda y para el coche.


El video resumen de la visita:https://www.youtube.com/watch?v=5LoZahuc6Z4&feature=youtu.be

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