sábado, 24 de abril de 2010

Cueva del Vecino


Participantes: Enrique, Kike, José Luis, José Manuel, Miguel, Sarah, Alfonso y Luís.


Una mañana de Abril, cuando los cerdos revoloteaban de flor en flor y las mariposas comían apaciblemente sus bellotas, el grupo de espéleo A.D.E.R., tras largos años para poder explorar la Cueva del Vecino, por fin tuvo el momento.
Eran las 10h de la mañana y después de haber desayunado suave en la casa rural donde estábamos alojados, nos encontramos ya en la puerta de la cueva que el vecino había tapiado con cemento y rasillones, debido a los problemas que le daba la humedad que salía de allí.

Sin más dilación, con cincel y maza en mano, José Luís, bastante motivado, empezó a hacer hueco. No costó mucho ya que era una pared de rasillón revocada con cemento que se rompía fácilmente.
Terminado el boquete y estando con el mono preparado, me dispongo para hacer los honores y entrar para desvelar sus secretos.
Después de pasar el hueco de entrada, una pequeña estancia en la que se encuentran restos de maderas podridas, algún bote de plástico, una rueda de coche, etc. En el lado frente izquierdo una gatera descendente bastante estrecha me hace que mire otras posibilidades, y desciendo entre unos bloques por la derecha hasta una gatera que da a un paso casi vertical y algo estrecho en el que decido poner una cuerda anclada a un bloque, pensando en facilitar posteriormente la subida.
Después de descender este paso, de unos 3 a 4 metros de profundidad, sin mayor problema, una gatera horizontal da paso a la galería principal, aunque no tiene altura y tienes que ir reptando. Ésta comunica con la otra gatera descendente que no bajé por ser bastante estrecha.
Iba seguido de José Luís y dando información de que bajaran algo de material, aparte de la maza y el cincel, ya que por las dimensiones estrechas que iba viendo parecía que se podía cerrar la galería en cualquier momento.
Continúo agachado y voy descubriendo en esta galería muchas formaciones de estalactitas y estalagmitas, además de blancos macarrones que despiertan esperanzas de ser una buena cueva. También encuentro algunas huellas de alguien que ha estado antes por aquí y fue haciendo camino por algunos sitios. Aunque en general estaba muy poco pisada, y se notaba que hacía mucho tiempo que no había entrado nadie. Se podría decir que era una cueva prácticamente virgen.
Llamo a José Luís para informar de lo que voy viendo e invite a los demás a que vean la cantidad de formaciones que hay en la galería. Seguimos los dos hacia adentro y pasamos por otra gatera entre cuyas formaciones, que como he dicho anteriormente, alguien con cuidado había abierto paso.
Y llegamos a una pequeña sala donde a mano izquierda a ras de suelo había una gatera que comunicaba con el mismo sitio de donde veníamos. Pero además, pude ver algo en el suelo ciertamente curioso, que no supimos que podría ser, era como una cola de pelillos que salían del suelo, de unos 15cm. de largo aproximadamente, que estaban como electrizados. Alguno comentó que podría ser algún tipo de hongo.
Continuamos por la galería y seguimos viendo bonitas formaciones de estalactitas, estalagmitas y macarrones muy blancos donde destacaba uno de 1,20m de largo.
Atravesamos entre las formaciones con sumo cuidado para no romperlas y terminamos unos 20m más allá en otra pequeña sala en la que comprobamos por todos los sitios posibles que no había continuación alguna. Otra gatera que también había sido forzada entre formaciones que daba paso a dos pequeñas salitas también con bonitas concreciones, en las que no encontramos continuación posible.
Decidimos esperar en la sala anterior de las gateras a los demás y compartir lo que habíamos visto. Aprovechando las formaciones de la cueva, Luís estuvo como de costumbre documentando con fotos lo más representativo de estas galerias. Decidimos volver a comprobar la parte final de la galería principal por si encontrásemos algún sitio por donde seguir, pero después de intentar desobstruir una gatera al final de la galería, y viendo la dificultad que tenía y las pocas posibilidades del otro lado y después de haber tirado alguna foto metiendo el brazo en la mínima gatera y comprobar que no parecía haber una buena sala o galería, decidimos volver hacia la salida muy a pesar nuestro y dando por finalizada la exploración de esta bonita y pequeña cavidad, en la que seguramente todos teníamos la ilusión de que nos hubiera ofrecido algo más.
(por Miguel)








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