sábado, 18 de octubre de 2008

Sima de la Cierva



Participantes: Miguel, Jose y David                              Climatología: lluviosa
Llegamos sin error hasta la boca de la sima, que teníamos localizada por GPS, pudiendo aparcar la furgoneta en la misma puerta.

El primer pozo, de 40 metros, que puede apreciarse desde el exterior, sería el más cómodo de todos por su amplitud y la suavidad de sus bordes.
Desde la primera sala de aterrizaje, de frente se accede a un espacio con algunas formaciones bastorras: banderas y estalactitas murales. A la izquierda, salvando una barricada, y volviendo a girar a la izquierda, un pozo (P17)que no descendimos.

El recorrido principal se desarrolla por una gatera descendente que se encuentra a mano izquierda antes de la barricada. Por aquí unas pocas basuras arrojadas a la sima: zapatos, latas oxidadas...
Alcanzamos rápidamente un amplio pozo (P31), que tampoco descendimos, con una cuerda pasamanos (innecesaria) para continuar el recorrido horizontal, por una incómoda diaclasa inclinada, hasta llegar al P30, que según la topografía es el camino hacia las profundidades.
Hubo algunas dudas sobre si éste era el pozo correcto debido a su estrechura inicial. Salvada esta inconveniencia, la sima continúa algo más amplia de anchura y muy alargada, hasta alcanzar un descanso causado por un desprendimiento en el que grandes bloques han quedado encajados. Desde ahí un fraccionamiento hasta aterrizar en una sala bastante amplia, amplia relativamente a los espacios por donde nos estamos moviendo.

Nueva gatera, retorcida y estrecha, con algunos resaltes descendentes, hasta llegar al pozo final, dividido en dos tramos P17+P52.
Afuera llovía y por aquí había charcos, por algunas salas superiores caían gotas, y las pocas formaciones tenían sus gotitas en punta.
El último pozo fue el peor para las cuerdas, en especial en la subida, por los roces unidos al chicleo.

Hasta en los fondos podían encontrarse restos orgánicos: ramitas, trozos de cortezas, y líquenes en las rocas; que increíblemente el agua logra arrastrar hasta aquí desde la superficie.
-153 metros descendidos.

Cuando logramos salir todos era ya de noche y llovía, lo que pudo dificultarnos el regreso hasta la carretera asfaltada (a unos 3 kilómetros de la sima). Las pistas se embarran, las ruedas patinan y siempre está el riesgo de que el vehículo se quede atrapado en el barro. No era el mejor día, desde luego, para ir hasta la sima.

En resumen: una sima perfectamente instalada, basta llevar cuerdas y mosquetones, son poco los tramos volados, ya que casi siempre encuentras una pared cercana donde hacer pie y resaltes en los fraccionamientos donde erguirte y cambiar de cuerda cómodamente. Con muchas estrecheces, pasadizos incómodos, y sin interés "paisajístico" de formaciones; aunque buena para prácticas de progresión vertical con varios tipos de dificultades.
Se puede llegar hasta la boca en un vehículo de bajos altos, furgoneta o 4x4, a través de pistas en muy mal estado.


Cabecera del pozo de entrada

Algunas formaciones bastas junto a la primera sala de aterrizaje

Paso estrecho

Cabecera segunda del P17+P52 (P52, alternativa occidental)

Descendiendo el P52 occidental

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