sábado, 3 de octubre de 2015

Travesía Torca del Tejo(Juñoso)-Torca Ancha



Participantes: David, Yolanda, José Manuel, José Luís y Miguel.
Día: Soleado, con algunas nubes.

Bonita vista desde lo alto del monte. Al fondo, San Vicente de la Barquera

En esta ocasión, los espeleo-romeros salimos el viernes por la tarde en dirección a Cantabria, al pueblo de Abanillas, ya que habíamos reservado alojamiento en un pequeño hotel (El Rincón de Antón), donde estuvimos cenando y de sobremesa tomando unos refrescantes Wenyhais.
No nos levantamos muy pronto, y después de desayunar, nos fuimos los cinco, con todo el material en el Kia de José Luís, en dirección al Soplao.
Dudamos un poco de la pista que había que coger y llegamos a la zona turística de la cueva del Soplao, pero nos dimos la vuelta y enseguida con la ayuda del GPS y la bibliografía publicada de nuestros amigos del grupo Viana, donde tienen puestas sus coordenadas, encontramos el camino correcto. Se trata de una pista donde hay a su entrada una puerta canadiense abierta por el lado derecho, por el que se pasa bien con el coche.
La pista es toda de subida hasta llegar a la parte más alta del monte, donde se llega a una zona llana, terminando la pista en un recinto vallado con una gran antena.
Dejamos el coche en la zona más cómoda y, después de preparar el equipo, cogemos el camino que sale del repetidor y que va descendiendo por la ladera hacia las Torcas, en un paseo bastante agradable, ya que hacía un día estupendo.
Un día estupendo para hacer cuevas. Preparando el equipo y el material
Seguimos el camino hasta encontrar, a mano izquierda, un tejo, que nos da la referencia para meternos en el bosque a mano derecha, por una zona con el suelo lleno de agujeros de pisadas y barro, que atravesamos, para  enseguida encontrar la boca más grande de la Torca Ancha, la  cual bordeamos por el lado derecho para ir a la segunda boca, más pequeña, que vamos a dejar montada.
Preparando el montaje de Torca ancha
Manos a la obra
Para no perder tiempo, decidimos que fuera yo el que montara los dos pozos, para tardar lo menos posible y tener más tiempo para bajar a visitar la Galería de las Maravillas, y después continuar la travesía.
Atamos una cuerda a un árbol cercano, que nos sirve de anclaje. Una cinta, una cuerda de 30m y dos mosquetones son suficientes para equipar el pozo de entrada.



                                   
Subiendo el P19 de salida por Torca Ancha
Vallado de alambre de la Torca del Tejo
Cráneo y mandíbula de algún animal que acabó sus días aquí
Base del P20, bajo el pozo del péndulo

Al siguiente pozo se accede por una ventana que hay en la sala y que va a dar a una rampa de piedras sueltas donde según se entra hay varias placas montadas en la pared de la derecha, yo utilizo solo dos de ellas, en las que coloco dos mosquetones y la cuerda con un ocho doble. Al bajar la rampa no se ven los siguientes anclajes hasta que no pasas el borde en forma de embudo que forma el pozo y que en vez de estar en la misma línea de la pared por la que bajas, están montadas en la pared contraria y un poco escondidas, por lo que me retrasé en hacer el montaje del pozo más de lo previsto. Hay dos chapas montadas, desde aquí se puede ver el fondo del pozo aunque todavía hay que bajar unos metros y volver a fraccionar en el borde del techo de la sala para dejar montado el volado.
Subí los pozos sin más dilación y nos fuimos hacia la Torca del Tejo o Juñoso siguiendo el camino descendente unos 300 metros, hasta ver a nuestra izquierda un cercado de postes con alambre donde se encuentra la boca de entrada a la Torca del Tejo.
Serian sobre las 12:30h cuando empezamos a montar el pozo de entrada hasta la rampa de piedras desde donde se puede ir viendo ya las grandes columnas de formaciones que hay a partir de esta zona.
Bajamos la rampa por el pasamanos que hay en fijo y llegamos al pozo del péndulo donde podemos ver la cuerda que hay también montada en fijo para seguir hacia la zona de la travesía. Como nosotros teníamos la intención de bajar primero a la zona inferior, para ver la famosa Galería de las Maravillas, montamos una cuerda de unos 20m, con la que bajamos ese primer tramo y aprovechamos para indagar y hacer algunas fotos, mientras bajaban los demás, pudiendo ver algunos restos de huesos y cráneo de algún animal

Rampa que baja hacia la Galería de las Maravillas
Preparando el anclaje para el último tramo de la gran rampa
David reflexionando al fondo de la gran rampa
   
 

Continuamos por la galería hacia abajo, entre formaciones, donde vamos montando una cuerda de 50 metros para el descenso. Se pueden ir viendo las dimensiones de lo que es al final una gran sala inclinada plagada de estalactitas y estalagmitas hasta casi el final de la sala, donde volvemos a montar una cuerda anclada a la base de una gran estalagmita y utilizando un trozo de cuerda en fijo que hay instalada como desviador, terminamos de bajar al fondo de la sala por un pozo rampa de unos 10 o 12 metros.
Al fondo de esta bonita sala nos llama la atención grandes trozos de alguna columna caídas del techo. Entre formaciones encontramos unas cuerdas montadas en columnas por las que subimos para acceder a la Galería de las Maravillas.

                            
Tesoro subterráneo. Cristales de aragonito
Belleza sin igual

Como su nombre indica es, sencillamente, una maravilla. Es una galería que nos ofrece una vista espectacular, plagada de toda clase de formaciones, donde cualquier espeleólogo disfrutaría por estar allí y poder contemplar el gran tesoro subterráneo que esta cueva ofrece.



 
                                                                                                                                                                                               Estuvimos un buen rato haciendo fotos y filmando videos de todo lo que nos rodeaba, así como de un laguito de agua cristalina con infinidad de macarrones en su fondo, que nos hizo disfrutar de su gran belleza.





 

No quisimos ahondar más para subir por la zona que continuaba la galería, algo más estrecha, para no retrasarnos en la travesía, por lo que decidimos dejar de flipar y empezar a subir la rampa mientras desmontaban José Luís y David.
Subimos hasta el pozo del péndulo y nos fuimos a hacer la travesía cuatro de los espeleo-romeros, mientras, José Manuel saldría por la Torca del Tejo desmontando los dos pozos que habíamos montado y así evitar tener que volver nosotros a desmontarlos a la salida de Torca Ancha.
Después del pozo del péndulo, seguimos por el camino de la sala entre formaciones, hasta llegar al pozo de 10 metros donde montamos una cuerda en doble sobre los anclajes con anilla que hay colocados y ponemos el desviador que hay unos metros más abajo para que no roce la cuerda. Es un pozo que se baja bien y en el que se pueden ver bonitas formaciones.
En la base del pozo continuamos por zonas de gran belleza entre grandes y majestuosas columnas de estalactitas y estalagmitas. Abriéndonos paso entre ellas, llegamos a otra sala que hay que descender entre formaciones y que también nos impresiona por la gran cantidad de columnas y todo tipo de concreciones de gran tamaño que hay en la sala y que después de atravesar y descender nos lleva a una corta galería en la que encontramos un pasamanos en el lado izquierdo que desemboca en el pozo volado de 43 metros.
Con dos cuerdas, una de 52m de 10mm y otra, para recoger, de 45m de 8,5mm, montamos el pozo en doble. A un par de metros de la cabecera colocamos un desviador que hay en fijo para evitar un pequeño roce y para abajo del tirón.






David bajando el P43


La bajada es verdaderamente una gozada. Se abre el pozo en forma de campana y vas disfrutando de las dimensiones y formaciones que hay en alguna de sus paredes hasta llegar al fondo.
En la base del pozo, aprovechamos para hidratarnos un poco recoger las cuerdas y continuamos el camino por la zona descendente entre estalagmitas, ayudados por unas cuerdas que hay colocadas en fijo sobre naturales, que nos aseguran la bajada.
Un resalte de unos 3m, con cuerda fija, nos lleva a la Sala de la Unión. Se puede oír ruido de agua y el reflectante que vemos a la izquierda en lo alto nos marca la subida que da acceso por una gatera a la Galería de la Unión.
Esta galería empieza en forma de diaclasa estrecha y bastante incomoda, que nos obliga a subir, dejando el río que sale por una grieta a nuestros pies.
Vamos cogiendo altura trepando por la galería, volviendo a encontrar el cauce del río perdido y seguimos subiendo hasta llegar a una sala inclinada con formaciones. En este punto, dejamos de subir, para continuar por el lado derecho y seguir por una galería en la que hay en el suelo una gran fractura, que iremos cruzando de lado a lado con cuidado, para evitar no caer por la profunda grieta.
Al final de esta galería pasamos una zona caótica con bloques en el suelo y con el techo bajo, y después de unos pasos algo estrechos, desembocamos en el P9, un pozo volado donde hay montada una cuerda con un desviador en fijo. Aprovechamos para hacer una parada estratégica (beber y picar algo) y sin entretenernos mucho, bajamos el pozo y continuamos por la galería inferior siguiendo los reflectantes. Después de descender una corta rampa, nos adentramos por una galería estrecha en forma de grieta vertical, por la que avanzamos unos 50 metros, hasta que después de una rampa ascendente de techo bajo, se abre en una especie de sala con un desfonde, en la que a mano izquierda vemos en la parte alta de un bloque un reflectante que nos indica el camino a seguir.
En este sitio trepamos a la parte alta del bloque y comprobamos que hemos llegado al principio de la Galería del Alud.
La Galería del Alud es una gran galería que está llena de grandes bloques que hay que atravesar subiendo y bajando por el mejor sitio que encuentres. Nosotros seguimos, en principio, por el lado derecho, siguiendo una cuerda que hay instalada en fijo para atravesar entre bloques un desfonde, y que después de unos metros se abre otra vez a la Galería del Alud. En esta galería, lo mejor es seguir los reflectantes que hay colocados y que nos van llevando cada uno por el camino que mejor le parece, hasta un gran reflectante en una zona de hundimiento que marca el camino a seguir.
Al fondo del hundimiento y debajo del reflectante hay una zona estrecha entre bloques que hay que descender y que va a dar a una corta galería de techo bajo, seguida de una rampa corta de arcilla que después de bajar nos lleva a mano izquierda a una gatera de arena y estrecha que al final se termina cegando.
Este sitio se nos atravesó de tal manera que a mi particularmente no me fue posible encontrar un paso que continuara, por lo que estuvimos dando vueltas por aquí y por allá sin encontrar comunicación, subí la gran rampa de piedras hasta la galería de mina que hay en la parte más alta donde se puede ver las vías de las vagonetas en el suelo y tapiada con unas rejas y una puerta con llave, que comunica seguramente con las galerías del Soplao.
Todos los demás estuvieron buscando por todos los sitios posibles sin encontrar paso alguno. Volvíamos a insistir en la misma zona y no encontrábamos nada.
Esta situación de incertidumbre nos supuso cerca de tres horas sin encontrar el paso hacia Torca Ancha. Hasta que insistiendo otra vez, en este caso Yolanda con su visión femenina y en esa misma zona, pudo encontrar el Paso del Minino.
Un paso difícil de ver ya que se trata de una gatera que de frente termina en una pared que te cierra el paso, y que si no miras hacia arriba no se ve la continuación; se trata de una grieta vertical y estrecha que da paso a una galería de buenas dimensiones.
Como ya he dicho se trata del Paso del Minino, donde personalmente eché de menos un reflectante que marcara claramente el paso, para habernos evitado unas horas de más en la travesía.
Sin más dilación y retorciéndonos como lagartija en su medio, fuimos pasando el estrecho paso, que no fue nada complicado. Se continua por el lado izquierdo de la galería de forma ascendente hasta conectar en su parte más alta con la Galería del Tobogán, una rampa descendente de arcilla donde pudimos distendernos un poco después de la tensión acumulada.
Seguidamente, por un paso de techo bajo, llegamos a la Galería de la Vagoneta, donde como es costumbre hicimos las fotos de rigor.






                      La famosa Galería de la Vagoneta

Continuamos hasta el final de la galería subiendo por la izquierda una rampa ascendente de piedras, que va a comunicar con la empinada Galería de la Cabra, que es también una gran galería ascendente llena de piedras sueltas que cogiendo altura nos lleva a otra sala también ascendente y que tras un paso que estrecha la galería va a desembocar a la sala que más alegría te da de toda la travesía, ya que se puede ver la cuerda que habíamos montado para la salir por Torca Ancha.
Como se nos había hecho bastante tarde, y José Manuel estaría preocupado por el retraso, la idea de mis compañeros de que no les esperara para subir y ayudarles a desmontar fue ciertamente acertada, ya que de esa forma pude salir lo más deprisa que pude y subir el camino sin retraso para tranquilizar tanto a nuestro amigo Joselillo, como a todos los familiares, que estaban esperando como agua de mayo noticias nuestras de que todo estaba bien.
Por lo que al llegar al coche ya comenté con José Manuel nuestro retraso y pude tranquilizar vía telefónica a toda la Family Trup, que lógicamente estaban preocupados teniendo en cuenta que cuando llegué al coche eran las 00:40h de la noche.
Esperamos a que llegaran José Luís, David y Yolanda al coche, y después de cambiarse y recoger todo el material, nos fuimos todos al hotel para darnos una ducha, picar algo de la comida que llevábamos, y al sobre.
Al margen del retraso que tuvimos por no dar antes con el Paso del Minino y que nos dejó un cierto mal sabor de boca, en mi opinión, esta es sin ninguna duda una de las travesías más bonitas que yo conozco, en cuanto a gran cantidad, variedad así como a la grandeza de sus formaciones, por lo tanto una travesía que merece la pena conocer.
Los videos resumen en los siguientes enlaces:

https://youtu.be/HFaUi6ZA9e4 Video editado por David.

https://youtu.be/O8566nhfSoo

Video editado por Miguel

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