Participantes: Yolanda, David, Miguel y José Manuel.
Día: despejado y muy caluroso.
Relato: Miguel.
En esta
ocasión, teníamos la intención de hacer la travesía de Hundidero-Gato, pero debido
a que no conseguimos el permiso por estar el cupo lleno en las fechas
solicitadas, tuvimos que cambiar de planes y buscar una alternativa por la
zona al haber hecho ya una reserva de alojamiento en unas casas rurales en
Montejaque.
Se barajaron
algunas simas de la zona, entre ellas, alguna de Pozuelo, y nos acordamos del
complejo de Motillas-Ramblazo, que aun no estando cerca de donde nos alojábamos,
nos atraía mucho la idea.
Finalmente
decidimos hacer la travesía Ramblazo-Cueva del Agua, que nos merecía la pena
conocer y que además a José Manuel, un boquerón de Málaga, que ya conocía parte
del complejo, le resultaba estupendo poder volver después de muchos años a
Ramblazo, lo que fue en su día para él, su cuna espeleológica.
El 16 de
Agosto, salimos temprano hacia Ramblazo desde Montejaque. Nos costó llegar a la zona más de dos horas;
ya que, al margen de la distancia, la pista que nos llevaba al Sumidero del
Ramblazo estaba en muy mal estado, teniendo en cuenta que no llevábamos un todo
terreno. Las lluvias de primavera, según nos enteramos más tarde, fueron muy
abundantes, por lo cual la pista estaba en esas condiciones.
Se llega a
una zona llana donde dejamos la furgo de David y después de cambiarnos y colocarnos
los equipos, nos dirigimos hacia el cauce, en esta época seco, del arroyo que sume
sus aguas en el Sumidero del Ramblazo.
|
Preparándonos para el combate |
Los pozos
cortos estaban montados con cuerda fija, salvo los más largos como el P17 y el
P30 y también, aunque no lo refleja la topo de Isidoro Ortiz, el P9, que resultó ser un P16, P7+P9, que tampoco tenía
cuerda, y que al colocar nosotros una en doble que llevábamos de 31m, se me
quedó más de un metro corta, lo que me obligó a tirarme, literalmente, al suelo
de pie, con el consiguiente resbalón y un efecto goma en la cuerda que hizo que
la punta de la cuerda subiera disparada los 9m que tenía ese tramo de pozo y
acariciara la nariz a mi compañero Joselillo.
|
Dos pozos seguidos de 7 y 9 metros |
Decidimos
colocar otra cuerda en doble que llegara hasta abajo para evitar emociones
fuertes y además poder recogerlas sin problemas.
Continuamos
por el meandro y bajamos los dos pozos que nos quedaban para llegar a un paso
donde encontramos una pasamanos con unos cancamos en la pared para los pies,
que nos lleva hasta el principio de las galerías horizontales que van en
dirección a Parralejo.
Avanzamos
por esta galería, en un principio cómoda, que va disminuyendo su altura y
convirtiéndose en un laminador, que nos conduce a varias gateras, la primera y
más estrecha, el Paso de la Pala, el cual, en épocas de lluvia se puede sifonar. A pesar
de ser bastante estrecho, lo atravesamos sin mayor problema. Seguidamente
pasamos por otras dos gateras que tampoco tienen mayor dificultad.
|
Laminador hacia el Paso de la Pala |
|
David superando el Paso de la Pala | | | | | |
|
Jose, que se tuvo que quitar hasta el casco para pasar la estrechez (que está un poco más adentro) del Paso de la Pala |
|
Malditas gateras |
Siguiendo la
galería encontramos un pasamanos montado a mano izquierda, que termina en un
resalte donde hay una cuerda con nudos para descender varios metros, es la
parte alta de la Sala de la Encrucijada donde descendemos por la izquierda
hasta que encontramos en el techo un buzón.
|
Uno de los pasamanos, en este caso, desfondado |
|
Un buzón em mitad de la cueva ¿Cómo sabían que iban carteros en esta ocasión? |
|
Pasamanos |
En este
punto se dividen las galerías, si seguimos de frente iríamos hacia la salida de
Parralejo y hacia Motillas, pero si sigues descendiendo hay que buscar una
galería que primero subimos por una especie de rampa resbaladiza con la ayuda
de una cuerda que hay montada, dejando anteriormente otra galería a la
izquierda que va a dar a un pozo de unos ocho o diez metros, en el que no hay
cuerda y por donde no hay que bajar.
Una vez que
hemos subido la rampa, buscamos una galería con algunas marmitas que
atravesamos por un pasamanos en fijo y después un P7 seguido de otro corto P4
montado en fijo, se continua por unos pasamanos ascendentes que bordean una
sala para evitar un desfondamiento, por la pared derecha que termina con una
cuerda descendente que nos lleva a una cómoda galería de arena.
Al final de
esta galería encontramos montado en la pared izquierda un largo pasamanos (el estado de la cuerda no es nada bueno en
algunos tramos), que termina en un pozo de 9m y que nos baja a la llamada Sala Don José.
|
Pasamanos expuesto y pozo a continuación |
Buscamos a la izquierda un laminador de arena
donde el primer tramo es estrecho y después se va abriendo y subiendo en rampa
hasta encajarse en un meandro donde encontramos un P4 montado con cuerda,
siguiendo por este meandro vamos descendiendo y atravesando algunas marmitas con algo de agua hasta, primero otro
P4 y después un P10 que no bajamos hasta el fondo. Se llega a una cornisa y se
sigue la cuerda que hay montada descendiendo otro tramo a la derecha.
Siguiendo
por este meandro hay que bajar un P4
que nos deposita en un pasamanos
aéreo con cable para los pies, que hay
montado según bajamos a mano izquierda,
que atraviesa el Lago del Tiburón.
|
Pasamanos aéreo para sortear el Lago del Tiburón |
Al final del
pasamanos encontramos una galería en forma de tubo que seguidamente da a una rampa descendente
con cuerda fija que lleva a la zona semiactiva de la Cueva del Agua.
En este
sitio hay que seguir por la derecha según
bajamos mirando a la cuerda o a la pared, ya que hacia la izquierda se puede
ver como la galería está inundada y nos llevaría, como pudimos después
comprobar, a un sifón sin continuación.
|
Un alto en el camino |
|
Comprobando la situación |
En este
punto decidimos colocarnos los neoprenos para poder continuar, ya que enseguida
hay que meterse al agua, primero por alguna marmita profunda y después un lago
de unos 50 metros de largo en el que hay que nadar….. continuamos por esa galería
atravesando una zona donde se encaja el río y siguiendo por ella se termina
convirtiendo en una diaclasa, que nos obliga a trepar hasta la parte alta de
unos bloques que hay encajados y donde han montado un trozo de cuerda para
descender la grieta de unos 10m aprox. y donde no llega la cuerda hasta el
final.
En este
sitio surgieron las dudas si íbamos bien por aquí, ya que lo topo de Isidoro
Ortiz que llevábamos no marcaba muy claramente que más adelante había un
sifón que se podía pasar y que continuaba
hacia la salida.
Bajé al pie
de la galería en la que se podían ver unos tubos de extracción de agua, con
toda la galería en sus laterales llenos de grandes depósitos de barro, me dio
la sensación de que estaba ante un sifón terminal cuando llegué al final de la
galería en la que había un charco y un montón de barro, gris con materia
vegetal descompuesta , donde no se veía continuación.
Estuve
comprobando los recovecos y no encontré tampoco nada, por lo que volví con mis
compañeros y les comenté que era un sifón y que no seguía por allí. Esta
circunstancia hizo que volviéramos lo andado y nadado y buscáramos alguna
alternativa, la cual después de comprobar la otra parte de la galería inundada
subir por aquí y por allá y dejarnos unas cuantas horas, llegamos a la
conclusión de que no podía ser por otro sitio más que por el primero de los
sifones.
La
información que llevábamos se había desecho en las sacas y solo nos quedaba la
topo de Isidoro Ortiz que iba dentro de una bolsa de plástico con cierre.
|
Luz al final del túnel |
|
Polilla muerta a la que le habían crecido ramificaciones |
Decidimos
volver de nuevo por la galería que nos llevaba al primer sifón y que yo
descarté y comprobar si encontrábamos alguna continuación, efectivamente al
meterse Joselillo en el sifón putrefacto
lleno de lodo descompuesto y con un olor desagradable pudo comprobar desde ese
sitio que continuaba la galería por un bajo laminador que da paso a una larga
rampa ascendente de arena que nos llevaba al P15 que si estaba claro en la
topo.
Como pudimos
comprobar unos días después, con la topografía del grupo Ges-Escarpe, se
trataba del Sifón de las Anguilas.
Con la gran
motivación que te entra al saber que vas por el buen camino hacia la salida,
continuamos los aprox. 300 metros que nos quedaban, primero atravesando el Pozo
Gers en el que los anclajes no daban mucha seguridad, una cuerda en pasamanos
en la pared y unos Cancamos clavados para ir poniendo los pies y atravesar por
la parte alta del impresionante pozo con el fondo lleno de agua, hasta un tubo
descendente donde encontramos seguido, otro pocete con cuerda fija que nos
deposita en un lago sifonable.
Subimos una
rampa de arena hasta llegar a otro lago sifonable que no nos da ningún
problema, se continua por esta galería y después de atravesar dos lagos cortos
que no cubrían, llegamos a la salida de la Cueva del Agua.
Salimos
bastante tarde y de noche con lo cual fue complicado encontrar el camino de vuelta a la furgo, gracias al GPS de José Manuel
conseguimos después de dar un gran rodeo y varias horas andando llegar al sitio
donde la habíamos dejado.
Nos quitamos
todo el equipo y solo nos quedaba llegar a la carretera por la criminal pista y
camino a Montejaque.
Los videos
resumen en los siguientes enlaces:
Saludos compañeros, os felicitamos por vuestro blog y vuestro trabajo. Hemos enlazado en el periodicosubterranea.com
ResponderEliminar