Participantes: David, Yolanda, José Manuel, José
Luís y Miguel
Día: Despejado y
Soleado
Después de desayunar en casa de José Manuel, en Ogarrio, nos dirigimos hacia Matienzo, dejando al equipo
B en casa, que saldrían más tarde para hacer una visita a la Cueva del Valle.
Primeramente, dejamos un coche al lado de la carretera
frente al camino que va hasta la boca del Cuvío de la Reñada, allí pasamos todo
el material a la furgo de José Manuel y
nos fuimos los 5 hasta el sitio más cercano de la boca de Coterón, que resultó
ser una casa Vaquería que recordábamos José Manuel y yo, aunque hubieran pasado
ya nueve años de haber hecho la travesía y nos quedaran ya vagos recuerdos.
Vista del Valle de Matienzo desde la Boca de Coterón |
Aprovechamos que estaba allí el dueño de la vaquería para
preguntarle donde se encontraba la boca, ya que aunque llevábamos las
coordenadas y GPS, tenemos la experiencia de que algunas veces no coinciden y
te vuelves loco para encontrarla.
Boca de Entrada |
Montando un Pasamanos Recuperable |
Montando la Cabecera del P-52 |
Después de indicarnos, más o menos, donde se encontraba la
boca de entrada, nos vestimos de romanos y para arriba. En este caso, las coordenadas no coincidían para nada, por
lo que tuvimos que improvisar y patear más de la cuenta, hasta que la encontramos
tras una especie de pirámide de caliza con un hito de piedras en la punta, que,
rodeándola, se encontraba la boca de Coterón.
Aprovechamos para hidratarnos y picar un poco de fiambre
antes de ponernos manos a la obra, y sin más dilación, después de ver como están
montados los anclajes en la rampa de entrada y al no haber cuerda instalada, decido
montar un pasamanos en doble con un trozo de cuerda, para que el último, en este
caso José Luís, lo pudiera recoger. La cabecera está montada con 3 placas y
maillones de acero de 10mm, yo utilizo solo dos y también aprovecho el
desviador que hay montado en la pared contraria, un poco más abajo, para después
colocar las dos cuerdas que llevaba, una de 52M de 10mm y otra para recoger de
65M de 8,5mm, como no sabía si la cuerda de 52 me llegaba hasta el final, decidí
bajar en doble utilizando un ocho.
Según bajaba el pozo pude comprobar que llegaba
perfectamente la cuerda de 52M, por lo que les di vía libre a mis compañeros
para que bajaran por ella con el descensor.
Tramo volado del P-52 |
Vista desde abajo de P-52 |
Después de bajar todos sin problemas, excepto José
Manuel, que al estrenar descensor tuvo dificultades para que deslizara la
cuerda perfectamente, y necesitó algo más de tiempo para bajar.
Recogimos las cuerdas y emprendimos el camino por las magníficas
galerías de Coterón, entrando por una
gran puerta que nos da la bienvenida.
David en la puerta de entrada a las Galerías de Coterón |
Admirando las dimensiones de la galería |
Descendemos por una gran galería con cuidado, ya que tiene
el suelo con barro resbaladizo que nuestro amigo David pudo comprobar
aterrizando sobre sus duras nalgas nada más empezar, y digo duras, porque
durante la travesía creo recordar que aterrizó en 4 ó 5 ocasiones más y no se
quejó demasiado (es duro de pelar).
Atravesamos un gran gour y dejamos una gran galería a
nuestra derecha, continuando por un caos
de bloques que nos obliga a trepar un poco y seguimos la galería hasta dar a una gran sala donde se encuentra
el pozo de 13M que está perfectamente
instalado y tiene varios fraccionamientos hasta llegar abajo del pozo,
terminando en rampa.
Seguimos descendiendo hasta un agujero donde hay una
cuerda con nudos para bajar un pequeño resalte
que nos lleva a la gran sala con
suelo arenoso, al Borde del Mundo,
donde se puede ver su gran pozo de 35M.
Sala con suelo de arena al Borde del Mundo |
Rodeamos por la izquierda y seguimos por una gran galería
bastante cómoda, que tiene bastantes sedimentos; como está marcado con hitos y
reflectantes nos dedicamos a seguirlos, un giro a la izquierda, otro a la
derecha nos van llevando hasta la curiosa galería, bastante rectilínea, llamada Galería entre Dos Mundos, una galería
que da la sensación de estar excavada en la roca caliza como si se tratara de
una galería de mina con el suelo lleno de sedimentos.
Un gran hito nos marca el camino a la derecha donde
después de una corta trepada llegamos a la galería descendente del pozo de 69M,
donde encontramos un pasamanos de acercamiento a la cabecera en el
lado izquierdo y donde podemos oír el ruido del agua que cae por el pozo.
Sin más dilación compruebo el estado de las cuerdas y
para abajo. La cuerda que hay montada es bastante gruesa y está hinchada por la
humedad, por lo que cuesta meterla en el descensor, y los primeros metros la
cuerda corre bastante mal, lo que hizo que nuestro amigo José Manuel tuviera
serios problemas para bajar con su descensor nuevo. Con bastante esfuerzo, al
final bajó el primer tramo del pozo, ya en el segundo hay otra cuerda montada
más fina que nos permitió a todos bajar mejor.
David bajando la parte final del P-69 |
Buscamos la continuación por un paso estrecho que nos
lleva a una sala que superamos y una flecha nos indica bajar por un agujero, no
muy estrecho, destrepando, donde coloco una cuerda en doble anclada a un bloque
para no arriesgar el destrepe.
Llegamos a la galería del río de la zona de la Reñada
donde avanzamos por su cauce dejando a mano izquierda la comunicación con el
ramal de Codisera y a mano derecha un
pequeño lagito de aguas limpias.
Laguito surgencia del río |
El agua del cauce llena la galería y para no mojarnos
subimos por una zona superior del río y continuamos hasta el Castle Hall, donde la galería del río
se va cerrando y hay que trepar por la izquierda hasta coger altura y encontrar
la galería superior que nos llevará por una zona entretenida con algunos pasamanos, zonas desfondadas, destrepes,
trepadas, etc. que nos dan bastante
vidilla.
Yolanda y David en la galería alta después de subir el Castle Hall |
Después de pasar esta zona se continua, ahora si, por una
cómoda galería bastante pisada con algún zig zag hasta la sala derribada que
nos da una tregua, empezamos a ver ya unas formaciones como antesala al
denominado Cañón de la Sangre, la zona más
concrecionada de la travesía, donde aprovechamos para hacer algunas fotos como
si de turistas se tratara, aunque con los monos llenos de barro la verdad es
que no dábamos el perfil. Sus bonitas formaciones, con coloridos rojos de algún
componente ferroso, nos hizo disfrutar
por unos instantes, para después afrontar
las dos partes más desagradables de la
cueva, el famoso “ Duck y la zona del barro”.
Cañón de la Sangre |
Bonitas formaciones |
¿Cual es el Monje rojo ? |
Primeramente atravesamos el Duck, donde al ser un laminador con agua, te obliga a mojarte,
que la verdad aunque incómodo, pasamos todos sin dudar, sin embargo la zona que
más nos hinchó fueron las siguientes galerías, que parecían una pista
americana, empezando con una trepada resbaladiza seguida de una rampa
ascendente, un paso estrecho que nos
deposita en un gran barrizal y así se continua por la galería del barro que te
va cargando y donde debes tener cuidado para no dejarte clavadas las
botas. Unos reflectantes te indican que
trepes y después de la trepada encontramos una cuerda en fijo para bajar un
tobogán resbaladizo que nos lleva, un poco más adelante, al agujero soplador, una
gatera que tiene, como casi siempre, algo de agua.
Saliendo con buena cara del agujero soplador |
Después del agujero soplador encontramos un lago que
pasamos con el agua casi hasta las partes nobles, para subir por una rampa
pronunciada donde al final está la boca
de la Reñada.
Cruzando el lago anterior a la rampa de salida |
Como resumen podemos decir que disfrutamos bastante en
esta travesía que está bien balizada, aunque algunas veces puedas despistarte en
algún sitio; de nivel técnico muy asequible aunque tenga dos pozos de gran
tirada, lo más incómodo fueron el Duck y la zona del barro, y lo más bonito el Cañón de la Sangre.
Nuestros debutantes, David y Yolanda, también disfrutaron y
sacaron buena nota para ser su primera travesía, al igual que José Luís, que
tampoco la conocía y también la disfrutó y por último José Manuel y yo, que ya
la conocíamos, José Manuel, que tuvo problemas para bajar los dos pozos, terminó
bastante cansado, debido sobre todo al estrés y el mal rollo con las cuerdas y
su nuevo descensor y yo, que como siempre disfruté como un enano.
Los videos resumen en los podéis ver pinchando en los siguientes enlaces: https://youtu.be/MrUWBmvMYpc editado por Miguel
https://www.youtube.com/watch?v=D63JQkjH5Sw&feature=youtu.be editado por David y https://youtu.be/pNFJodaENpw editado por José Manuel
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